Yo
esta vez no voy a participar en la movilización por razones
pedagógicas, sociales o políticas. La voy a hacer por otros
motivos, mucho más personales y más concretos. La haré:
Por
D., alumna de integración, que cada vez recibe menos apoyo y que,
junto con sus compañeros de compensatoria y los
que están en riesgo de exclusión social,
son los colectivos más vulnerables y en los que se ceban los
recortes; para que no dejen tirada la atención a la
diversidad.
Por
A., hijo de una humilde familia obrera que se merece una oportunidad
y que no la tendría si no existiera la escuela pública; porque
le han quitado la beca de libros como
a otros 578.000 niños.
Por
Y, alumna de bachillerato, inteligente y trabajadora, a la que la
está comiendo la moral las noticias del exilio
laboral de los jóvenes españoles titulados;
para que no la pueda la desesperanza y encuentre la motivación que
le roba el sistema.
Por
M., madre
comprometida con la educación de sus hijos y
con la escuela pública, que confía en ella y en el profesorado y a
quien no podemos fallar.
Por
J., despedido
y amenazado de desahucio,
que tiene al menos el derecho a que su hija reciba una educación de
calidad para que le vaya mejor en la vida.
Por
J., ciudadano jubilado que
no tiene hijos ni nietos, pero que
no se pierde una manifestación de la Marea Verde;
porque tiene muy claro que la única manera de superar el atraso, la
ignorancia y la sumisión en este país es una escuela pública
universal, gratuita y laica.
Por
P., espléndido profesor
interino de filosofía de
larga experiencia, con tres hijos, al
que ya no llaman,
y que estudia ahora en un IES un ciclo de formación profesional para
intentar reciclarse. Por 25.000 compañeras y compañeros que están
igual de mal, porque han perdido su trabajo en el último año, según
datos oficiales.
Por
JA, P, E, Ch, MA, M… y una larga lista de un maravilloso
profesorado veterano y vocacional que se
jubilan como si fuera una huida;
no soportan el deterioro al que se somete a la escuela y el
endurecimiento de las condiciones de trabajo (más ratio, más horas,
más burocracia…) y se sienten despreciados y sin ningún
reconocimiento por las autoridades. Es muy ingrato que los que han
dado todo por la educación salgan por la puerta falsa.
Por
G., profesora
joven y competente,
llamada a ser el núcleo consciente y comprometido que defienda la
escuela pública en el futuro; para
que aprenda que la huelga y la unidad de la comunidad educativa es un
arma para
ello.
¡Ah!
y muy especialmente en solidaridad
con el profesorado, las familias y el alumnado de Baleares que
han plantado cara a un decreto disparatado del gobierno del PP, que
ha creado un problema donde no lo había y que ha hecho de la
intransigencia una bandera para atacar a la escuela pública.
Estas
razones son poderosas para movilizarse. Parten de lo concreto, ponen
caras, imágenes, situaciones reales a las víctimas de los recortes
y del saqueo, a los heridos y contusos por las políticas de Wert y
de Rajoy. Todos ellos deben de ver en nosotros compromiso con la
escuela pública, voluntad de resistencia, apuesta por la calidad.
Para no defraudarles, y para no defraudarme a mí mismo, haré huelga
el 24 de Octubre.
Agustín Moreno