Hoy jueves 18 de enero la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública de Huesca ha presentado a la prensa el "Manifiesto por una Escuela /Escolarización Inclusiva". Ha sido redactado y consensuado por todos los colectivos presentes en nuestra Plataforma de Huesca. Surge de la reflexión de todo lo visto y planteado en la Jornada sobre escolarización inclusiva desarrollada en Huesca el pasado mes de Octubre. En las próximas semanas se va a difundir el Manifiesto al objeto de favorecer en nuestro entorno la reflexión sobre lo planteado en el mismo y recoger firmas de adhesión al Manifiesto.
A continuación puedes leer al completo el texto:
MANIFIESTO
ESCUELA-ESCOLARIZACIÓN PÚBLICA INCLUSIVA
El sistema educativo español reconoce el derecho a la
educación de todas las personas, con independencia de sus condiciones,
capacidades y necesidades. La “educación inclusiva” está en la base de la normativa
de aplicación -entre otros, arts. 84 y 87 Ley Orgánica de Educación- que
desarrolla el mandato constitucional de que la educación es un bien de todas y
todos.
Sin embargo, en su práctica cotidiana, nuestro sistema
educativo segrega y excluye, también en Huesca, al alumnado socialmente
desfavorecido o con más dificultades de aprendizaje. Esto es posible porque los
poderes públicos supeditan la planificación educativa a una amplia demanda
insolidaria fomentada desde intereses mercantiles y de control social.
Esa sobrevaloración de la demanda se manifiesta de
múltiples formas: falta de desarrollo de una red pública universal, centros
guetto, segregación de aulas y de centros, composición que no responde a la
sociología del entorno, especialización de centros, imágenes poderosas de
centros desprestigiados… Y lo hace desde la propia escolarización, al instaurar
un modelo que sitúa como prioritaria la libre elección de centro por las
familias, anteponiéndose incluso a la propia planificación educativa en el uso
racional de los recursos y a los derechos de los menores.
Así se convierte en la libre “selección” de centro,
financiada con recursos públicos que se detraen de su esencial finalidad, la de
compensar las desventajas de origen.
Los procesos de segregación escolar están a menudo
relacionados con dinámicas de segregación económico-social, pero la segregación
escolar es más elevada que la segregación social. ¿Cómo se explica que exista
la segregación y que en una sociedad que se pretende avanzada no haya un clamor
ciudadano contra la misma?
En primer lugar, desde una perspectiva general, con el
triunfo de las políticas neoliberales y las ideologías individualistas, la
creación de una sociedad insolidaria donde prima el ”sálvese quien pueda”, la
ideología “meritocrática” y el abandono de lo común ante la exaltación de los
derechos individuales, de manera que se impulsa la competencia hasta entre los
propios centros públicos.
En segundo lugar, descendiendo a lo concreto, existen
mecanismos normalizados de segregación académica (crítica a la comprensividad,
establecimiento de itinerarios, promoción de centros especializados, uso de
rankings escolares, la excelencia, las reválidas…), segregación por sexo y
status económico (educación diferenciada), segregación étnica
(concentración de la población escolar inmigrante y pobre en la escuela
pública), segregación social (consolidación de la red concertada como un
derecho de las clases medias a la diferencia social), segregación religiosa
(separamos a los niños en espacios de religión dentro del mismo centro, en un
claro mensaje justificador de lo que nos separa sobre lo común, los valores que
nos unen).
El resultado, inaceptable en una sociedad democrática, es
la existencia, también en Huesca, de tres redes sostenidas con fondos públicos:
Pública, Concertada, y Publica asistencial; siendo el principal objetivo de
esta última el mantener -con la indudable buena fe y entrega de muchos
profesionales comprometidos, y a su pesar- la invisibilidad sobre la brecha
segregadora y el espejismo de una escuela democrática y transformadora, que en
realidad no existe y a la que en realidad no se aspira.
No estamos de acuerdo.
Optamos por una política educativa cuyo fin primordial sea
educar para la ciudadanía, educar a pensar y a convivir, procurando la igualdad
educativa y la equidad; principios a los que deben subordinarse cualesquiera
intereses particulares y que al final benefician a todos. Las familias pueden
expresar y formulas sus preferencias, pero la Administración debe decidir
pensando en el interés de todos y solo una escuela pública inclusiva puede
garantizar ese interés común de todas las personas. Sólo así conseguiremos un
equilibrio entre centros, que es garantía de cohesión social.
El primer paso es colocar en la agenda política el tema de
la segregación como el mayor fracaso de nuestro sistema educativo, e impulsar
la planificación subordinando la libertad de elección al equilibrio entre
centros y la distribución equitativa en aras de lograr el máximo desarrollo de todo
el alumnado. En este sentido la aplicación de las sentencias del Tribunal
Superior de Justicia de Aragón recordando la necesidad de cumplir los arts. 84
y 87 LOE constituyen un buen punto de partida.
El segundo paso – al tiempo que la planificación pública
consiga una equilibrada escolarización- es trabajar la diversidad y actuar
contra la segregación en los propios centros, dos objetivos que se han de
complementar pero que exigen caminos paralelos. Resulta primordial abordar la
escolarización de forma global, contemplando todos los elementos en liza (zonas
heterogéneas, detección temprana, ratios, reserva de plazas, oferta-demanda,
adscripción primaria a secundaria,…), identificando las necesidades según nivel
socioeconómico, etnicidad, migraciones, necesidades específicas de apoyo
educativo…pero tan importante como ello es el nombrar todas las diversidades,
incluyendo a todas y todos. En ese sentido habrá que generar ambiente de aula
seguro, creativo y critico; resolver colectivamente los problemas; aprender a
ser y a convivir; el aula como espacio de aprendizaje y de convivencia;
trabajos de investigación y en equipo.
En concreto, en la ciudad de Huesca, la propuesta que
compartimos de modificación de los procesos de escolarización se basa en la
detección o previsión de las necesidades de apoyo educativo, previa a la
entrada al sistema, junto con el ajuste de la oferta de plazas a la demanda
prevista por nacimientos. A lo que hay que unir, además de lo ya expuesto,
medidas correctoras en la línea de asegurar el equilibrio, zonificación
individualizada, control de la documentación acreditativa, creación de una
oficina de escolarización, y continuidad en secundaria con modificación de la
normativa de adscripción de centros de manera que no se prime la segregación.
Respecto a la educación inclusiva, para la que la
escolarización en igualdad es un elemento decisivo pero no suficiente, debemos
reconceptualizar la palabra “inclusividad”, y que se extienda a “sistema
inclusivo”: un sistema público que intente garantizar el acceso a la belleza,
la bondad y el conocimiento para todas las personas.
La verdadera inclusión educativa requiere la formación y
la toma de conciencia que permitan la superación de la resistencia al cambio de
la comunidad educativa. Superemos una visión clínica de las necesidades, que
disecciona y separa, y contemplemos el contexto escolar como un espacio de
interacción y de construcción colectiva -familias, alumnado, profesorado- del
conocimiento.”