Desde hace 13 años, en la biblioteca del IES Pirámide se han producido muchos e importantes cambios, como en tantas otras bibliotecas escolares de los centros públicos de la provincia, Aragón y el Estado español. Como en todas las bibliotecas que ya existían previamente, hemos pasado de la antigua biblioteca con los fondos custodiados por los bibliotecarios, a una biblioteca de libre acceso y con múltiples documentos en diversos soportes.
Pero no sólo ha cambiado su aspecto, estética o tipo de fondos, sino también la forma de ir insertándose en la vida escolar. Aparte de las tareas técnicas propias de toda biblioteca (catalogación, préstamo, adquisición de fondos, etc.), durante las horas de recreo más de cien alumnos y alumnas llenan las mesas de trabajo o la sala de ajedrez, para hacer deberes en grupo, jugar al ajedrez o también leer; bien consultan información en los ordenadores o imprimen sus trabajos. El resto del horario, con más tranquilidad, otros alumnos y alumnas o profesores, aprovechan el tiempo libre del que disponen. Otros, mientras, elaboramos documentos para la formación de usuarios y usuarias o para servir de apoyo a las diversas materias. Y en este sentido, si atractivas y gratificantes suelen resultar las actividades de animación (cuentacuentos, encuentros con escritores, recitales poéticos, etc.,), se trata de hacer también atractivas y gratificantes estas otras actividades encaminadas a mejorar el acceso a la información y al tratamiento de diversos documentos para la elaboración de trabajos de investigación, proyectos, etc.
Nunca el conocimiento estuvo alejado de la consulta de diversas fuentes de información. Parece ser que los alumnos y alumnas que obtienen buenos resultados, suelen estar rodeados de libros. Por eso, son tan importantes las bibliotecas escolares en los centros públicos, pues en ellas podrán encontrar, en igualdad de condiciones, todo aquello que necesitan nuestros alumnos y alumnas para completar su formación y educación. Sin embargo, ni el espacio y ni los documentos les hablan directamente a los adolescentes y, por ello, necesitan de una mediación y esa es la tarea que desarrollamos en nuestro proyecto de biblioteca escolar.
Siguiendo la definición que encontramos en el documento presentado en el Congreso Nacional de Bibliotecas Escolares recién celebrado en Santiago de Compostela “ Marco de referencia para las bibliotecas escolares”:
“La biblioteca escolar es un recurso educativo al servicio del currículo y del proyecto educativo y se concibe en la actualidad como un espacio dinámico en el que los recursos y servicios de información cumplen un papel primordial en el proceso de enseñanza aprendizaje, y como tal es un instrumento de índole pedagógica que apoya la labor docente y favorece la construcción del conocimiento tanto de forma individual como colectiva, enriqueciendo la actividad en el aula, sentando las bases para el aprendizaje autónomo”.
En una sociedad en la que abundan las desigualdades, las bibliotecas escolares deben ser un factor de compensación social y, por tanto, de verdadero compromiso educativo por la igualdad.
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